Los hilos tensores son una de las alternativas más demandadas por los pacientes que desean recuperar la tersura en el rostro sin recurrir a la cirugía estética.

Los hilos tensores —también llamados hilos de sustentación, aunque más conocidos popularmente como «hilos mágicos»— son un tratamiento para reducir la flacidez en la cara y el cuello. Mediante la implantación subcutánea de estos hilos, es posible elevar la piel caída y lograr un mayor volumen en la piel tras ubicarla en un nivel más alto.

Los hilos forman una malla que da soporte a los tejidos y los eleva. Así disminuye la flacidez de la piel. Además, el anclaje de los hijos en la dermis activa la formación de colágeno natural. Los resultados son visibles en unos días y su recuperación es corta: dos días después del tratamiento se puede hacer vida normal.

Es uno de los tratamientos que está creciendo en demanda gracias a los excelentes resultados sin necesidad de pasar por el quirófano. Como otros tratamientos de medicina estética facial, se realiza de forma ambulatoria. Solo es preciso anestesia local.

El rejuvenecimiento con hilos tensores está considerada una de las técnicas más novedosas para combatir los signos de la edad sin cirugía. En Clínica Montecarmelo en Sevilla recomendamos este tratamiento facial para pacientes con edades relativamente jóvenes, porque no resulta eficaz en casos de flacidez muy acentuada.

Este tratamiento genera un efecto lifting y tiene una duración de entre 12 y 18 meses. Su aplicación principal se centra en el rostro, aunque también se utiliza para otras zonas del cuerpo como el abdomen o en el pecho. Sin embargo, los mejores resultados de esta técnica se consiguen en la cara.

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