El exceso de pecho en hombres suele afectar a su autoestima. Hacer natación, ir a la playa, cambiarse en un vestuario… son acciones cotidianas que pueden generar complejos. ¿Te sientes identificado? Entonces te interesa saber cómo eliminar la grasa pectoral en un hombre.
¿Por qué aparece el exceso de grasa pectoral en un hombre?
La ginecomastia suele ser la causa de la grasa pectoral masculina. Se trata de la formación de senos debido al crecimiento anormal de las glándulas mamarias. Por tanto, su origen se encuentra en un desequilibrio hormonal. Si esta patología se debe al exceso de grasa por obesidad, se conoce como pseudoginecomastia o adipomastia.
Lo más habitual es que la ginecomastia aparezca en la edad adulta, entre 18 y 50 años. Así, se manifiesta en la edad adulta. Quienes la padecen no se sienten cómodos con su cuerpo. De hecho, muchos hombres usan ropa holgada para disimular este rasgo.
5 pasos para saber si la ginecomastia es la causa de la grasa del pecho en un hombre
1. Acuéstate boca arriba.
2. Pon el dedo pulgar y el índice en el borde de la areola, como si estuvieras cogiendo ambos lados del seno con una pinza.
3. Presiona la areola de forma suave.
4. Si tus dedos se hunden y llegan a tocarse, lo más probable es que se trate de exceso de grasa, normalmente debido al sobrepeso.
5. En el caso de que tus dedos no se hundan y notes un tejido duro, es posible que sufras ginecomastia.
Recuerda que este procedimiento es orientativo y que debes acudir a un especialista para su diagnóstico.
¿Qué soluciones existen para eliminar la grasa pectoral en hombres?
Muchos intentan acabar con la grasa pectoral mediante el ejercicio y la dieta. Esta puede ser una buena opción en el caso de que el aumento de mamas se deba al sobrepeso.
Sin embargo, llevar una alimentación equilibrada y realizar deporte no soluciona la ginecomastia. Por eso, la cirugía para corregir la ginecomastía supone la mejor solución para la reducción del pecho en hombres. Su objetivo es quitar el tejido glandular mediante una pequeña incisión en la axila. Suele durar alrededor de una o dos horas, aunque depende de cada paciente.
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